El género es una ficción reguladora que construye categorías como “sexo”, “mujer”, “hombre”, “masculino”, “femenino” con la intención política de (re)producir la matriz heterosexual.
Pero estos conceptos pueden no definir a ciertas personas. Jung definía el ánima y el animus como dos figuras arquetípicas que forman un lazo conector entre el consiente y el inconsciente. Una femenina y otra masculina, que están siempre presentes, pero que no pueden manifestarse externamente ya que perturban la adaptación al medio. Porque? Porque más allá de lo biológico existe una posibilidad de que no seas considerada mujer u hombre, si no se cumplen ciertos requisitos de esta cultura heterosexual.
Como explica Monique Witing: esto cumple una función retorica donde no hay elección, nadie elige ser heterosexual, pero sus privilegios de ser heterosexual cumplen con el estatuto de reconocimiento de la sociedad.
Existe la diversidad sexual, existe realmente la libertad para decidir, pero entre las categorías heterosexuales: femenino y masculino, se debe adoptar lo femenino o lo masculino, como si fueran opuestos entre si y no lo son. Culturalmente se definen como opuestos, pero biológicamente no lo son. Esto lo da como resultado el orden heterosexual, que crea esta idea de que “No se nace mujer” ya que no son cuerpos y mentes naturales sino que es un producto de este pensamiento heterosexual. Esta diferencia sexual no es un dato biológico. Es una formación imaginaria y social.
Luchar con los estereotipos, es una lucha por la libertad de decidir que puedo o que quiero ser. Seamos libres en nuestra identidad sexual: ser parte de un tercer género indefinido, en la frontera entre la homosexualidad, la bisexualidad y la androginia, seamos libres de buscar nuestra identidad.
Pero estos conceptos pueden no definir a ciertas personas. Jung definía el ánima y el animus como dos figuras arquetípicas que forman un lazo conector entre el consiente y el inconsciente. Una femenina y otra masculina, que están siempre presentes, pero que no pueden manifestarse externamente ya que perturban la adaptación al medio. Porque? Porque más allá de lo biológico existe una posibilidad de que no seas considerada mujer u hombre, si no se cumplen ciertos requisitos de esta cultura heterosexual.
Como explica Monique Witing: esto cumple una función retorica donde no hay elección, nadie elige ser heterosexual, pero sus privilegios de ser heterosexual cumplen con el estatuto de reconocimiento de la sociedad.
Existe la diversidad sexual, existe realmente la libertad para decidir, pero entre las categorías heterosexuales: femenino y masculino, se debe adoptar lo femenino o lo masculino, como si fueran opuestos entre si y no lo son. Culturalmente se definen como opuestos, pero biológicamente no lo son. Esto lo da como resultado el orden heterosexual, que crea esta idea de que “No se nace mujer” ya que no son cuerpos y mentes naturales sino que es un producto de este pensamiento heterosexual. Esta diferencia sexual no es un dato biológico. Es una formación imaginaria y social.
Luchar con los estereotipos, es una lucha por la libertad de decidir que puedo o que quiero ser. Seamos libres en nuestra identidad sexual: ser parte de un tercer género indefinido, en la frontera entre la homosexualidad, la bisexualidad y la androginia, seamos libres de buscar nuestra identidad.
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